Las gracias a Don José

Bueno esta entrada es un poco especial.
Sabeis que hago multitu de cosas, según me levanto tiro de abalorios, ganchillos, cuero...
Bueno pues un día mi amiga Sonia de chiquinina me convenció para darle unas pulseras a su padre, su comercial oficial.
Nunca he creído que pudiera hacer un negocio con mis cosillas pero bueno, si le saco rentabilidad, bienvenida sea. Así que se las llevó y la verdad es que me quedé muy sorprendida con el resultado.
Como yo no soy buena dando gracias, solo se me ocurrió hacerlo como yo sé, como dice mi cuñado, con mis perroflautadas. Y he aquí el resultado, un gracioso voluntario de la Cruz Roja, con sus herramientas (ya que Don José no sería él sin sus herramientas) y, como no, con la caja de los broches de Sonia.

Por fin es otoño

No es que habitualmente tenga la manía de alegrarme cuando llega el frío y las lluvias pero después de un verano difícil afrontando pérdidas personales, tengo ganas de dejar el pasado atrás y superar que hay cosas que el ser humano no puede controlar.
En fin, y como no es cuestión de ponerse triste, miraremos las ventajas del otoño: bonitos paisajes con tonos marrones, se acaba el calor y las largas tardes invitan a las manualidades.
Dejando atrás la parte triste del verano, he mantenido bastante ocupadas  mis manos y las de las chicas con las que me junto para esto de las fofuchas. Tengo muchas muñecas que colgar, muchas cosas que contar y por suerte la vida por delante.

Y aquí va un adelanto. Muy discreta ella en tonos nude, solo hay algo que no me gusta... ¡¡¡Los libros de Crepúsculo!!!!